El Gran Duque de Luxemburgo ya planea la fecha de su relevo en el trono
Ha confirmado que abdicará, pero no cuándo, aunque defendió los valores del ducado y ha asegurado que la estabilidad en la institución beneficia a la democracia
Con motivo de su cumpleaños, el Gran Duque Enrique de Luxemburgo habló con el programa Place Royale de RTL y reveló que su familia ya está debatiendo cómo dará un día el relevo a su heredero.
El Gran Duque cumplió 69 años el 16 de abril de 2024 y, al iniciar su septuagésimo aniversario, también se refirió al debate público sobre su propio futuro. Cuando se le preguntó al Gran Duque Enrique si iba a abdicar, respondió "hay planes, sucederá".
Y en otra entrevista a La Libre, volvió a referirse al hecho de que abdicará, algún día, en favor de su hijo mayor, el Gran Duque Heredero Guillaume. Se le preguntó si sabía la fecha en la que planeaba que terminaría su reinado. Su respuesta fue "sí, ¡pero no se lo diré!".
La abdicación es típica en Luxemburgo. El propio Henri se convirtió en Gran Duque en octubre de 2000, cuando su propio padre, el Gran Duque Jean, se hizo a un lado en su favor tras un reinado de 36 años. La madre de Jean, la Gran Duquesa Charlotte, también había abdicado, traspasando el trono granducal a su hijo en 1964 después de ocuparlo desde 1918.
Y la propia Carlota había heredado por abdicación: su hermana, la Gran Duquesa Marie-Adelaide, le cedió el trono aunque en circunstancias más controvertidas, después de que su breve reinado fuera objeto de duras críticas en los últimos días de la Primera Guerra Mundial.
El actual Gran Duque afirmó que todos los planes de futuro son discutidos por toda su familia y que la implicación de cada miembro es crucial para él.
Henri también habló de la importancia que, en su opinión, tiene la monarquía en Luxemburgo, afirmando que "da una estabilidad que beneficia a la democracia. La gente sabe que hay continuidad".
El Gran Duque pasó su cumpleaños de servicio: él y su esposa, la Gran Duquesa María Teresa, iniciaron el 16 de abril una visita de tres días a Bélgica, donde fueron recibidos por el primo de Henri, el Rey Felipe, y su esposa, la Reina Matilde.
